Buenos y dulces días!
Hoy os enseño una tarta de cumpleaños que hice hace un par de semanas para el 63 cumpleaños de mi cuñado.
A la familia no le gusta mucho el fondant y me pidieron una tarta con el nombre del homenajeado y no demasiado dulce. Así que opté por una combinación que, a mí personalmente, me chifla, bizcocho de manzana macerada con canela (probad la combinación, es sencillamente espectacular) y merengue suizo de compota de manzana. A mí me gusta mucho utilizar para este sabor azúcar moreno, encuentro que no está tan dulce como la blanca y le da un sabor peculiar, como a tostado, que le va que ni pintado a la manzana y la canela.
La tarta gustó mucho y yo me quedé encantada.
Los trocitos de manzana le dan al bizcocho, además, una húmedad y esponjosidad deliciosas.
Me pareció un toque gracioso añadir una manzanita de fondant para dar información del sabor de la tarta antes de probarla, ya que era sorpresa.
Pues ya véis que igual de resultona puede ser una tarta con fondant que sin él. Sólo hace falta un poco de técnica, mucho cariño y una buena receta.
Feliz miércoles!
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